viernes, 28 de diciembre de 2012

HISTORIA SCANIA

Los primeros camiones de la marca sueca que llegaron a nuestro país, a principios de la década del 50, lo hicieron bajo la denominación Scania-Vabis, nombre que integraba las dos compañías que originaron a la empresa. Lo...s rodados eran los L51 (aún pueden observarse algunos de los circulando), importados de Suecia por el concesionario Javier Vázquez Iglesias. A fines de la década del 60, se habían importado nada menos que 3500 camiones y 500 ómnibus.
En 1970, el gobierno argentino invitó a los fabricantes de camiones a solicitar autorización para producir localmente. Las firmas que compitieron por ese derecho fueron Scania, Volvo y la española Pegaso, entre las principales. La marca que lleva al griffin como insignia presentó la oferta ganadora para construir una planta en el norte del país. La decisión de localizarla en Tucumán fue dictada principalmente por razones de política local: el desempleo en la región era alto como consecuencia de los programas de racionalización implementados debido a la mecanización de la zafra.

Por su parte, la decisión de Scania de establecer una fábrica en el país se originó en el hecho que Argentina, al igual que Brasil, impuso restricciones a las importaciones a fines de la década del 60 (en esa época, ¿los importadores también se enojaban con Guillermo Moreno?). La inversión inicial fue de 30 millones de dólares y la piedra basal se colocó en diciembre de 1972.

El 26 de marzo de 1976, Saab-Scania Argentina SA (para entonces, la firma se había asociado con la constructora de automóviles y aviones sueca Saab) ponía en marcha su planta automotriz en la localidad de Colombres, a 15 kilómetros de San Miguel de Tucumán. El edificio fue diseñado para el montaje de camiones y la fabricación de cajas de velocidades, palieres y diferenciales. Los motores, entre otros componentes, eran importados de la fábrica de Scania en Brasil, que recibía a su vez cajas de cambio de Tucumán.

El 10 de septiembre se fabricó la primera caja de cambios (modelo GR860) fuera de Suecia y el 1 de diciembre de ese año salió de las líneas de producción el primer L111 fabricado en el país.

La producción de los ómnibus BR116 comenzó en 1978. Al igual que sucedió con los camiones, su comodidad, potencia y capacidad de transporte fueron pioneras en el mercado.
El paso siguiente fue la aparición de la Serie 2, lanzada en 1982. Los modelos de esta línea eran los denominados T (con motor avanzado) y R (frontales) 112, que significaron un gran adelanto en lo que se refiere a la comodidad del conductor –que contaba con gran espacio interior y un tablero completamente ergonómico donde todo estaba a su alcance-, capacidad de carga y bajo consumo de combustible.

Mediante ese lanzamiento, que afianzó el concepto modular que caracteriza hasta hoy los productos que llevan la insignia del griffin, el cliente podía escoger la unidad más apropiada para cada modalidad de transporte. En el diseño de las cabinas participó nada menos que Giorgio Giugiaro, titular de la afamada ItalDesign.

En 1988 aparecieron los ómnibus K 112, que permitieron cubrir ampliamente las necesidades del transporte de pasajeros para media y larga distancia.

Scania K113 en Los Caracoles, durante el cruce a Chile.Hacia 1993 surgió la recordada Serie 3 de la mano de los T y R 113. Esos vehículos, que fueron una evolución de los exitosos 112. Ese año también comenzó la importación del modelo P93, un camión con características ecológicas y alto rendimiento. Incluso, llegaron unos pocos P93 con tracción integral 6x6, que aún ruedan dispersos.

Un año más tarde, surgieron al mercado los reconocidos modelos Topline T y R 113. Entre algunas diferencias con sus hermanos de línea, tenían una cabina más espaciosa, ambiente climatizado y un confort sin precedentes que permitían un manejo más relajado. Muchos transportistas sostienen que fueron los mejores camiones Scania de la historia

No hay comentarios:

Publicar un comentario